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Francisco Espinosa. / HOY
«Los campesinos extremeños dieron ritmo a la Reforma Agraria»
FRANCISCO ESPINOSA MAESTRE HISTORIADOR

«Los campesinos extremeños dieron ritmo a la Reforma Agraria»

Este profesor universitario publica en Crítica 'La primavera del Frente Popular', sobre la política agraria de los cinco meses previos a la guerra civil

MERCEDES BARRADO TIMÓN

Lunes, 3 de diciembre 2007, 02:02

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El nuevo libro del historiador extremeño Francisco Espinosa expone el desarrollo de la Reforma Agraria de la II República en Extremadura durante los cinco meses de gobierno del Frente Popular, antes del estallido de la guerra civil. Se titula 'La primavera del Frente Popular. Los campesinos de Badajoz y el origen de la guerra civil (marzo-julio de 1936)' y ha sido editada por Crítica.

Espinosa, profesor en la Universidad de Sevilla, profundiza con este trabajo sus estudios en torno a la guerra civil en Extremadura y Andalucía, que han dado lugar a libros previos de amplia difusión como 'La guerra civil en Huelva' (1996); 'La justicia de Queipo' (2000); 'La columna de la muerte' (2003) y 'Contra el olvido' (2006).

-En su nuevo libro se dice que esta es la historia política de la Reforma Agraria en Badajoz durante los cinco meses de gobierno del Frente Popular. ¿Quienes fueron sus protagonistas?

-El núcleo del trabajo es la historia de la etapa final de la II República en Badajoz, si bien se dedica un amplio capítulo introductorio a los años anteriores y también se analiza qué fue de la reforma agraria a partir de la irrupción de los golpistas en la provincia. En el libro se mantiene que el eje del proyecto republicano era la reforma agraria y que el objetivo de la contrarrevolución fue precisamente ese intento de reforma. De ahí, como planteo en el libro, el carácter de fascismo agrario que tuvo dicha contrarrevolución en el suroeste.

-¿Badajoz, qué protagonismo tuvo en el tema de la Reforma Agraria?

-Tuvo un papel principal por ser provincia piloto de la reforma. Tanto por el problema de los yunteros (tenían yunta pero no tenían tierra) como por el de los jornaleros (ni tenían yunta ni tenían tierra). Es decir, tanto por el protagonismo que la reforma le dio como por el ritmo que los campesinos extremeños dieron a la reforma. Fue clave la decisión de marzo del 36 de invadir las fincas que iban a ser objeto de reforma para obligar al Estado a acelerar las medidas legales dirigidas a amparar la reforma. No estaban dispuestos a aguantar la indecisión permanente de la primera etapa reformista ni la marcha atrás del bienio negro.

-Las propias autoridades republicanas reconocen el fracaso de esos intentos de reforma...

-Todos eran partidarios de una reforma legal pero a partir de ahí empezaban las diferencias. Los campesinos sólo percibían el pesado y complejo artilugio cargado de normas que impidió llevar a cabo la reforma agraria entre 1932 y 1935. Todos eran conscientes de que la reforma se había perdido entre la escasa voluntad de unos y la actitud cerril de otros.

-Dice que el golpe militar tenía precisamente como objetivo acabar con la Reforma Agraria y con la gente que la había exigido...

-En buena parte de España el objetivo del golpe militar era volver las cosas a su origen y éste no era otro que el viejo orden, donde no cabían elecciones ni partidos ni reformas. El análisis de la represión demuestra que acabó certeramente con todos los que tuvieron alguna relación con el proyecto reformista republicano. Dentro de este proyecto ocupaba lugar central la reforma agraria, que de haberse llevado a cabo hubiera afectado positivamente la vida de muchos millones de personas en todo el país.

-El hecho de que sea un periodo corto el estudiado no parece que lo haya hecho más fácil, a juzgar por las dificultades para acceder a documentos y otros cuya desaparición denuncia...

-Efectivamente. La razón es simple: los cinco meses del Frente Popular constituyen una etapa maldita de nuestra historia. El franquismo los intentó borrar como si nunca hubieran existido. Para justificar el golpe incluso se inventaron un artilugio seudolegal por el cual a partir de las elecciones de febrero existió un vacío legal que fue el que vinieron a ocupar ellos. La propia historiografía posterior ha sucumbido a esta trampa y se lo ha saltado casi siempre. La memoria que hemos recibido anulaba esos meses y pasaba directamente de las elecciones de febrero al golpe militar de julio. Era la forma de ocultar las verdaderas razones del golpe de estado: un programa de reformas que amenazaba los intereses de los sectores privilegiados.

-Sin embargo, habla de que ha encontrado cosas en Bodonal y en Fuentes de León en archivos municipales.

-El estado de los archivos municipales es lamentable. Su conservación se afrontó muy tardíamente y las consecuencias son irreparables. Y lo peor de esto es que parte de esa documentación se ha perdido después de la transición. Los casos que menciona son excepcionales. Conservan la documentación de la reforma agraria y además sabemos bien cómo les afectó la represión, con lo cual podemos cruzar datos y saber con qué se quería acabar.

-Esta investigación ¿es anterior o posterior a la de 'La columna de la muerte'?

-Posterior. Aunque se refiere a la etapa anterior fue realizada entre 2003 y el 2006, o sea, inmediatamente después de la salida de 'La columna de la muerte'. Representaba un reto saber qué motivó aquella brutal matanza y todo indicaba que la clave se encontraba en los años anteriores y especialmente en los meses del Frente Popular y en el programa de reformas, sobre todo en la cuestión agraria. No hay duda de que el reto que la investigación tiene ahora por delante es la II República, aún desvirtuada por la propaganda franquista. A ese reto intenta responder este trabajo.

-También se refiere a que en Badajoz hay pocas investigaciones universitarias sobre este periodo, al contrario que en Cáceres y que quizá esto ocurre porque la Facultad de Historia se implantó allí.

-Esto es lamentable pero es así. La ubicación de Ciencias en Badajoz y Letras en Cáceres ha sido la causante de que a estas alturas, a más de treinta años de la creación de la Unex, Cáceres conozca de manera más que aceptable los siglos XIX y XX y que, por el contrario, Badajoz carezca de investigaciones básicas sobre este mismo período. Cuestión aparte es que algunas de las que existan sea mejor no tenerlas muy en cuenta.

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