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EVARISTO FERNÁNDEZ DE VEGA
Jueves, 22 de noviembre 2007, 10:06
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Los negocios situados en las inmediaciones del parque de San Fernando han sufrido durante los últimos días al menos cinco robos, una sucesión de ataques que ha llevado a los empresarios a reclamar una presencia policial permanente.
Aunque el Cuerpo Nacional de Policía no ha informado hasta ahora de ninguno de los asaltos ocurridos, los propios afectados relataron ayer el mal trago que pasaron cuando los atracadores decidieron actuar en sus negocios.
La última víctima de esta oleada de robos con violencia es Victoria, una chica de 26 años que regenta una peluquería en la calle Rey Mudaffar. «Yo estaba esperando a un chaval que había quedado en venir a las 8 de la tarde, así que no me extrañó que poco antes de las 9 entraran dos chavales abrigados hasta los ojos».
Los dos chicos de los que hablaba, de unos 17 años de edad, se presentaron el martes por la noche en el negocio con la capucha de la sudadera puesta, unas bragas polares que les cubrían el rostro y guantes.
En esos instantes Victoria estaba preparando a una señora de unos 50 años de edad y casi sin darse cuenta se vio acosada por los visitantes. «Uno de ellos se acercó a mí y al verlo tan pegado le puse la mano en el pecho: fue entonces cuando me cogió por el cuello un poco».
A partir de ese momento la situación se tensó. El chico que se había adentrado más en la peluquería intentó abrir la caja registradora, pero al ver que no lo conseguía exigió la colaboración de la peluquera. «Yo estaba tan nerviosa que no era capaz de abrirla, en esos momentos lo pasé muy mal porque ellos también empezaron a ponerse nerviosos».
Finalmente la caja registradora funcionó y los delincuentes sacaron de su interior entre 100 y 120 euros. A ello unieron el teléfono móvil de la joven y el bolso de la señora que se estaba peinando en esos momentos. «Antes de irse dijeron que nos iban a rajar si llamábamos a la Policía».
Perseguidos
A pesar de la amenaza, Victoria no se amedrentó y después de esperar unos instantes salió a la calle para pedir ayuda a gritos. «Un chaval y dos hombres que estaban en la esquina corrieron hacia ellos y al verse acosados huyeron a pie».
En el momento de marcharse los atracadores intentaban arrancar una moto que tenían estacionada justo a la vuelta del establecimiento, lugar en el que dejaron abandonado el bolso. «Antes de irse le arrancaron la matrícula pero luego se ha visto que esa moto era robada».
Lo sucedido en esta peluquería de barrio no ha sido más que el episodio que ha colmado la paciencia de los vecinos de San Fernando, una barriada que permanecía bastante tranquila desde que fue detenido el atracador que asaltó con una escopeta el supermercado de San Fernando y varios negocios más de Badajoz y Alburquerque.
Tras el arresto las cosas estaban más o menos controladas, pero la irrupción de esta pareja de atracadores que actúan armados con una navaja no ha dejado indiferentes a los trabajadores del comercio, que temen ser la siguiente víctima.
Silvia Campañón, dueña de una tienda de confección y bisutería situada en la calle Antonio Machado, entre el parque de San Fernando y la avenida Augusto Vázquez, confesaba ayer que el lunes se llevó el gran susto de su vida. «Entraron a las seis y cuarto de la tarde y desde el primer momento me di cuenta de que me iban a robar».
Esta comerciante también habla de dos chicos jóvenes que se tapaban con bufandas y gorros, aunque eleva la edad de los delincuentes hasta los 20 o los 22 años. «Cuando me agarraron la mano ya había marcado el 0 y el 9, porque iba a llamar al 091». Su intento fue inútil y en un abrir y cerrar de ojos se vio amenazada por una navaja situada a escasos milímetros de su cuello. «Me pedían una y otra vez que abriera la caja y yo no tuve más remedio que darles los 280 euros que había dentro».
Para Silvia, que inauguró su negocio hace sólo 15 días, lo vivido el lunes ha supuesto en verdadero mazazo. «El martes no quería abrir, me daba miedo estar sola, pero sé que tengo que seguir».
Los testimonios aportados por las víctimas dejan claro que los dos atracadores que están actuando en San Fernando actúan en negocios donde sólo hay mujeres y, a ser posible, que se encuentren solas.
La primera circunstancia se dio hace dos sábados en la frutería 'Alcoop' que hay a las traseras de la tienda de Silvia Campañón, en una zona próxima al Instituto San Fernando. Eran las 9.30 de la mañana cuando dos chicos de entre 20 y 22 años le colocaron un cuchillo en el pecho a la tendera. Su marido había salido y dentro del negocio sólo había una clienta que también fue amenazada.
Los vecinos han contado que los delincuentes no tuvieron inconveniente en bajar la persiana exterior del negocio para actuar a su antojo. «Lo que hicieron fue secuestrarlas», denunció un hombre que cifró en unos 800 euros el dinero que lograron.
En otro tanto están valoradas las piezas que fueron sustraídas la madrugada del 13 de noviembre de la 'Carnicería Carlos', un pequeño negocio situado en las inmediaciones del quiosco de la ONCE de la avenida Augusto Vázquez.
Los delincuentes aprovecharon la noche para violentar la persiana metálica y romper la puerta de acceso, según relató ayer José Carlos Martínez. «Estuvieron buscando el dinero por todas partes, pero no encontraron nada y terminaron llevándose todo lo que había de valor: dos jamones, varios lomos, chorizos...».
Una clienta de esta carnicería contó también que el mes pasado entraron dos veces en la Pastelería Tentación, que se encuentra en la calle Antonio Machado. «Una vez robaron por la noche y otra por la tarde».
José Carlos Martínez tiene claro que el rosario de delitos sufrido por la barriada exige la respuesta de los empresarios. «Lo que tenemos que hacer es manifestarnos, debemos echarnos a la calle para exigir más policía».
Más expeditivo se mostraba otro comerciante que incluso guarda un cuchillo bajo el mostrador para repeler un posible ataque, todo un síntoma de que la sensación de inseguridad crece.
El Cuerpo Nacional de Policía afirmó ayer que hay una investigación en curso que podría dar resultados positivos. De momento, los coches patrulla de la Policía Nacional se hicieron visibles ayer por la mañana en la avenida Carolina Coronado para transmitir seguridad a los vecinos y evitar nuevos asaltos.
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