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MOTOR

Las víctimas de Alonso

Fisichella, Kovalainen, Trulli, Webber, Coulthard o De la Rosa pueden saltar de la parrilla según cual sea la elección final del asturiano

JOSÉ CARLOS CARABIAS

Miércoles, 21 de noviembre 2007, 02:19

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Desesperado de esperar, de la provisionalidad de su posición, Giancarlo Fisichella ha iniciado su precampaña electoral. «Hay otras opciones además de Renault», ha dicho. Cansado de sostener una negociación que no termina de cristalizar en un comunicado público, Flavio Briatore presionó el lunes a Fernando Alonso con un anticipo que no se ha cumplido. «Entre hoy y mañana -por ayer, martes- habrá una decisión», vaticinó, mientras pone en el escaparate a Renault frente a un nuevo patrocinador que se anuncia en breve. Hastiado por los rumores que lo fulminan, el australiano Mark Webber ha asegurado que «el año que viene pilotaré un Red Bull», y que nadie se atreva a a discutirlo, le faltó añadir. Son parte de las secuelas, de los daños colaterales, que está provocando la calma con la que Fernando Alonso madura la elección de su nuevo equipo para 2008.

Renault es el polvorín. Empleados, patrocinadores y observadores conocen que Luis García Abad, el mánager de Alonso, negocia con Briatore. Unos aseguran que están cumpliendo los tiempos. Otros, que el acuerdo se alarga más de lo debido por la duración del contrato (Alonso querría sólo un año) y que hay gato encerrado. Y algunos más, que Briatore está a punto de cerrar la presencia de un nuevo patrocinador que refuerce la presencia de ING como principal y que necesita el sí de Alonso.

Sus pilotos viven en el alambre. En la fábrica de Enstone se da por hecho que Fisichella saldrá del equipo y que también dejará la Fórmula 1. Pero el italiano dice «no saber nada. Está Renault y otras escuderías». Tampoco es conocido el destino de Heikki Kovalainen, cuyo mánager personal es Flavio Briatore. El finlandés puede continuar allí o volver a sustituir, como hace un año, a Alonso. Esta vez en McLaren. La única realidad, la más débil, es que el jefe del equipo ha asegurado que Nelsinho Piquet ocupará un asiento. Más lío en esta ceremonia de la confusión.

Toyota ha confirmado al campeón de la GP2, el alemán Timo Glock, como piloto para 2008 en el volante de Ralf Schumacher. Es el único. En la Fórmula 1 sólo existe oficialmente una noticia cuando las escuderías lo cuelgan de su web o emiten un comunicado. Y a veces, ni eso. Jarno Trulli, uno de los mejores amigos de Alonso en el «paddock» junto al polaco Kubica, está en el alero. El italiano renovó en el verano de 2006 por tres años. Le quedan dos. Pero ya se ha visto que los contratos se deshacen sin problemas en la F1. Con dinero, no hay cláusula que se resista. El español aún podría fichar por Toyota. La escudería nipona presentará su TF108 el 10 de enero en su sede germana de Colonia.

La influencia de la Mutua

Pedro Martínez de la Rosa se ha marchado a Finlandia a entrenarse con McLaren. También él depende de Alonso. Si alberga alguna posibilidad de conducir un F1 en 2008 será por la vía de los patrocinadores. El Santander se queda en McLaren en posición preferente y la Mutua, que quiere marcharse para seguir a Fernando Alonso, sospecha que Ron Dennis le puede ofrecer la continuidad a cambio de designar a De la Rosa como piloto oficial.

Queda Red Bull, la escudería que montará motores suministrados por Renault desde su fábrica francesa de Viry. «Los mismos motores que tenemos nosotros», garantizan en el equipo de Briatore. Probablemente cansado de que se especule con su apellido como descarte si el asturiano llega al equipo, Mark Webber ha asegurado que «pilotaré un Red Bull en 2008 con toda seguridad». El mánager de Webber es Briatore. Y en las mismas está David Coulthard, ganador de trece grandes premios y presente catorce años en el circo.

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