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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Un soldado saca a la calle los muebles de una vivienda.|ARCHIVO
La mayor catástrofe de Extremadura «sería hoy evitable»
REGIONAL

La mayor catástrofe de Extremadura «sería hoy evitable»

Las actuaciones de la Confederación Hidrográfica del Guadiana para garantizar la seguridad han contado con un presupuesto de 65 millones. La confluencia del Rivillas y el Calamón tendrá ahora una capacidad de 900 metros cúbicos por segundo

PPLL

Viernes, 9 de noviembre 2007, 19:58

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CRONOLOGÍA DE LA TRAGEDIA «Las actuaciones que hemos llevado a cabo en el Rivillas y el Calamón nos garantizan que cualquier posibilidad de inundación como la que ocurrió hace diez años en Badajoz sea totalmente evitable. Nunca podemos saber lo que nos depara el futuro, pero creo que estamos preparados para cualquier evento, por muy extraordinario que sea». Así de contundente se muestra Enrique Jesús Calleja, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), una década después de la mayor tragedia sucedida en Extremadura, cuando se le pregunta acerca de la probabilidad de la repetición de aquella madrugada de horror del 5 al 6 de noviembre del año 1997.

Los cálculos, siempre teóricos, sobre los que se ha trabajado para realizar todas las infraestructuras, se han hecho en base a un tiempo de retorno superior a 500 años, un supuesto teórico y extremo, según Calleja, del que se ha partido para 'curarse en salud': «Se ha trabajado a partir de mapas de inundación completa, es decir, se está rehabilitando la zona basándose en la posibilidad de una nueva e hipotética riada, que se habría calculado en base a la máxima pluviometría y los máximos tiempos de retorno, para que, aún en el peor de los casos sigamos estando a salvo».

Así, se ha ampliado hasta 900 metros cúbicos por segundo la confluencia de los arroyos Calamón y Rivillas teniendo en cuenta que, en el momento de la catástrofe, juntos llegaron a alcanzar algo más de 600. «El caudal que en aquella época podían tener cada uno, más o menos parecido, era aproximadamente de 150 metros cúbicos por segundo. Los cálculos más pesimistas, en caso de inundación, serían unos 350 metros cúbicos por segundo como máximo. Nosotros los hemos habilitado para 450 metros cúbicos en cada caso», explica.

35 millones en expropiar

Otra de las medidas adoptadas, esta vez a nivel urbanístico, es que cualquier proyecto de construcción que se realice, con referencia al dominio público, tiene que recibir un informe previo del Organismo de Cuenca que diga si el sitio es o no el adecuado para construir una vivienda. En el momento de la riada, las condiciones de la zona, con instalaciones e inmuebles construídos en zonas inundables de dominio público incrementaron el volumen de la tragedia y posteriormente han encarecido los costes de las actuaciones llevadas a cabo por la CHG, según señala su presidente: «Sólo la obra civil ha costado 22,4 millones de euros y la actuación ambiental que estamos haciendo, unos 4,8 millones. Pero es que, además, hemos tenido que sacar adelante un expediente expropiatorio de 35 millones de euros, que quizá sea el mayor que se ha llevado a cabo en esta cuenca. En total, estamos hablando de casi 65 millones de euros».

Por otra parte, la tecnología ha jugado a favor de un mayor dominio de la naturaleza en la medida de lo posible. Así, según apunta Enrique Jesús Calleja, existen unos sistemas de control «infinitamente mejores» que los que había hace 10 años: «Tenemos el SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica), que nos está controlando a través de más de 30 estaciones la pluviometría que tenemos en cada punto de la cuenca, vemos las aportaciones a los embalses, tenemos una serie histórica de datos mucho más importante que años atrás, etc».

La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) utiliza este mismo sistema de control, sin embargo fuentes de la entidad aseguran que la situación de Cáceres y Badajoz, en este sentido, es muy diferente: «En Badajoz hay arroyos más cortos donde la edificación ha invadido los cauces. En el caso de Cáceres, los ríos y los arroyos son más grandes y están muy regulados, por lo que es más difícil que se produzca una inundación», aseguran desde la CHT.

Sin embargo, reconocen que han tenido algún episodio importante en el área del Tiétar, aunque matizan que nunca de la magnitud del de la capital pacense y añaden, asimismo, que ha afectado sólo a áreas agrícolas. Por otra parte, reconocen que en la zona del Alagón sí que hay urbanizaciones en zona inundable, «pero nunca ha habido que lamentar daños».

Cambio climático

El cambio climático, contemplado como «realidad científica que avalan datos rigurosos y estadísticos registrados de manera objetiva a través de medidores de temperatura a nivel planetario», es otra de las variables que la CHG ha tenido en cuenta a la hora de acometer cálculos: «La realidad del cambio climático está ahí y se refleja, entre otras cosas, en un aumento de temperatura palpable. De manera que en un futuro será normal hablar de periodos de sequía que irían acompañados del mismo nivel de lluvia pero en menor espacio de tiempo, por lo que se pueden dar fenómenos de pluviometría puntualmente mayores de los que teníamos antes. Estas son las conclusiones sobre las que está trabajando el Ministerio de Medio Ambiente, no estamos hablando de una 'entelequia' sino que nos basamos en mediciones rigurosas», indica Enrique Calleja.

Adolfo Marroquín, director del Centro Meteorológico de Extremadura, apoya la teoría de que el cambio climático ha modificado el marco habitual de los fenómenos naturales.

Pese a todas estas 'consideraciones razonables', las voces más críticas, como la de Silicio Álvarez, que fue durante años presidente de la Asociación de Damnificados de la Riada, asegura que la catástrofe también se pudo evitar en su tiempo y apostilla que, después de tantos años, se podía haber avanzado más: «Cuando el arquitecto José Luna supervisaba las obras del puente de la carretera de Sevilla avisó que estaban construyendo un 'tapón', ya que no tenía sentido que de siete 'ojos' del puente hubieran tapado tres con un espigón». Diez años después, la zona tiene «más pinta de vertedero que de otra cosa», afirma Sicilio, que añade que «si la Junta y el Ayuntamiento de Badajoz fueran del mismo partido las obras ya estarían finalizadas».

La CHG argumenta, por su parte, que se trata de un proyecto 'faraónico' y nada fácil: «Lo que no hubiera tenido perdón es que no se hubiera actuado, pero se ha hecho, y muy bien. Se han construído 8 puentes, 3 de ellos completamente nuevos, y 5 rehechos para que tuvieran la máxima capacidad de desagüe en las condiciones más extremas y no se conviertan en la barrera que impida que el agua pase, que fue lo que sucedió en 1997», reconoce Calleja, que apostilla que se trata de una «obra difícil» y que, como tal, lleva su tiempo.

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