Secciones
Servicios
Destacamos
JULIA DEL VIEJO
Viernes, 9 de noviembre 2007, 19:58
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Aquella noche, cuando a Julia la llamaron por teléfono de madrugada, pensó que podía ser una buena noticia: un donante. La realidad era mucho menos positiva. Sus compañeros de Protección Civil le pusieron 'al día' de lo que estaba sucediendo. Su primera labor fue llevar los sudarios para los cadáveres a la iglesia donde los habían depositado. «Durante los cinco días que estuve metida en el Perpetuo Socorro lo que más me impactó fue el dolor y el miedo palpable en los ojos de los afectados», recuerda Julia, que todavía tiene presente lo que más le impresionó: «Una señora mayor lloraba desconsolada por la pérdida de sus recuerdos: todas las fotos de sus padres, sus hijos y sus nietos habían desaparecido para siempre». Se queda, sin embargo, con la ola de solidaridad espontánea que arropó la tragedia: «Hubo gente, como Antonio Sáez, un cura que vino a hacerse una analítica, y cuando vio el panorama se arremangó y se puso a limpiar barro. Todos ellos fueron un ejemplo de generosidad y entrega».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.