Vivir en España y curar en Portugal

«Los pacientes portugueses son más educados, aprecian más lo que hacemos los enfermeros y médicos por ellos», afirma Manuel Carmona, enfermero de Badajoz que trabaja desde hace ocho años en Portugal, primero en Lisboa y ahora en Elvas. Ésta es la primera opinión que se escucha a los sanitarios españoles que trabajan en hospitales portugueses. En el hospital de Elvas son 28 (diez médicos, 16 enfermeros y dos técnicos de laboratorio). Julia Fernández Polo, cacereña, también enfermera y casada con Manuel Carmona, abunda en la misma opinión: «Yo creo que nadie que vaya a trabajar a España es acogido como hemos sido nosotros en Portugal». Julia y Manuel se conocieron cuando trabajaban en Lisboa, se casaron y ahora viven en Badajoz y trabajan en Elvas. Manuel lo hace en Urgencias y Julia en Medicina Interna, con los pacientes hospitalizados. Manuel tiene 30 años y Julia 32.

Ambos llegaron a Lisboa porque les ofrecieron trabajo y ahora sólo abandonarían Elvas si encontraran en Badajoz un trabajo fijo, cosa que ven muy difícil. «Lo que no estoy dispuesta es a trabajar haciendo sustituciones, trabajar dos meses y estar otros dos en el paro; o cambiar cada poco de puesto. Aquí estamos bien considerados», explica Julia.

Un idioma difícil

Ambos señalan que lo que más les ha costado es el idioma. Al llegar a Lisboa siguieron un curso de portugués, pero reconocen que no es una lengua fácil. Aún así, tampoco sus dificultades de expresión les han supuesto graves contratiempos. «Ningún paciente me ha echado en cara nunca que sea español, o que no me entiende bien. Nadie ha pedido que le atienda otro compañero portugués con el que se entienda mejor», añade Manuel Carmona.

Tanto Julia como Manuel coinciden en que el buen trato que reciben de los pacientes se complementa con un buen ambiente de trabajo. Los compañeros portugueses tienen una relación cordial con los españoles. La plantilla en Elvas es joven y eso la hace muy activa, con mucho interés por ampliar su formación.

Julia y Manuel explican que el factor económico no es el principal que les empuja a trabajar en Elvas, en lugar de buscar un empleo en Extremadura. En la categoría de enfermería los sueldos no son más altos que en España, aunque las horas extraordinarias que hacen les compensan. La estabilidad en el empleo -ellos tienen los mismos derechos que los empleados portugueses-, es el factor que más les 'ata' al pequeño hospital de Elvas. «Yo prefiero ganar menos y tener estabilidad. Hay que pagar la hipoteca todos los meses», se sincera Julia.

¿No hay inconvenientes en el trabajo en Portugal? Manuel y Julia citan dos: el papeleo y los trámites de Hacienda.

Cuando hablan de papeleo se refieren a que en el hospital es preciso rellenar impresos casi para todo. «Para pedir una dosis de morfina que precisa un paciente necesitas rellenar un papel. Parece que la tiene que autorizar el mismísimo ministro. La burocracia te come tiempo», apunta Julia.

Los problemas con Hacienda se derivan del hecho de que trabajan en Portugal y viven en España. Obtienen su sueldo en Elvas y pagan la hipoteca en Badajoz. Aunque en la UE ya hay un estatuto especial para estos trabajadores fronterizos, este matrimonio afirma que resulta complicado hacer la declaración de la renta.

«Nadie pega voces»

También Aída Cordero, de 31 años, médico internista del hospital Santa Luzía, destaca la buena relación con pacientes y compañeros como una de las ventajas de trabajar en Elvas.

Aída Cordero señala que no puede comparar cómo es el trato de los pacientes portugueses y españoles, porque nunca ha trabajado en España, pero sí tiene entendido que en Portugal hay mejor relación y más respeto por los médicos. «Aquí no te pega nadie voces». La doctora Cordero estudió la carrera en la Facultad de Badajoz, pero ha hecho la especialidad entre Lisboa y Elvas. «Me gustó mucho cómo es la formación de los médicos en Portugal. Estudié sexto de carrera en Lisboa. El único problema que veo es tener horario de tarde».

«La doctora Aída», como la denomina el jefe de enfermeros Rui Camboias, es «muy querida» por los pacientes. Ella afirma sentirse muy cómoda en un hospital mucho más pequeño que el Infanta Cristina. «Aquí los internistas tenemos la oportunidad de ver patologías más variadas que en un hospital grande, donde se especializa uno más y los enfermos se derivan enseguida a un área concreta».

Aída Cordero asegura que la diferencia económica entre lo que gana un médico en España y Portugal ya no es tan favorable para los segundos y no pesa tanto a la hora de decidir dónde se quiere trabajar. «Aquí te reciben muy bien, porque hace falta personal. Yo ahora no me iría porque me encuentro muy a gusto trabajando en Elvas», explica la doctora Cordero, que considera muy cómodo vivir en Badajoz y trabajar a apenas diez minutos de viaje en Elvas. Para esta médico, la frontera ya no debe ser obstáculo para que se pueda trabajar a uno y otro lado. «Nos interesa a todos que no haya fronteras», afirma.

En Santa Luzía trabajan también dos técnicos de laboratorio españoles. José Carlos del Moral, bioquímico, es uno de ellos. Originario de Cantabria, explica que llegó a Elvas porque en España se encontraba sin trabajo y se le ofreció un empleo que le interesaba. Vive en Badajoz y viaja cada día a Elvas, donde tiene el carácter de empleado fijo, con los mismos derechos que cualquier trabajador portugués.

Ni el Colegio de Médicos de Badajoz ni los sindicatos tienen datos exactos sobre cuántos facultativos españoles trabajan en Portugal. Se sabe que son varios centenares los que se han trasladado a lo largo de la última década, pero se estima también que el 'boom' del fenómeno ha pasado, merced principalmente a que hay mayores oportunidades de trabajo en España.

Otra de las fórmulas mixtas que existen está los médicos que trabajan en los dos países. Tienen empleo en Badajoz y unos días a la semana pasan consulta en Portugal. Son los otros 'médicos sin fronteras'.